1972 tengo 16 años. En verano se inaugura la Cadereta, primera parte del gran Órgano del Sol Mayor de Marbella sito en la Parroquia Ntra. Sra. de la Encarnación que, promovido por el fotógrafo y organista Michael Reckling, se empezó a construir en 1971.
Por estas fechas, formo parte de un centro juvenil parroquial y llevamos a cabo varias y diferentes actividades culturales, incluso un grupo folk. Es por ese motivo, que Michael nos propone preparar Noche de Paz para Navidad y así dar a conocer 'al gran público' el bellísimo sonido que -sus dedos maestros- hacen brotar del órgano que se está construyendo. Dicho así parece todo normal, ¿dónde está -pues- el punto loco?... realmente, Michael nos preparó para "Stille Nacht", sí, en alemán ¡y sin conocer una palabra del idioma!
Ha sido -con mucho- la canción más difícil que he cantado y una de las experiencias más bonitas de mi vida.
Este año Michael Jackson, miembro del grupo The Jackson five, canta una bellísima canción que aún me hace temblar.
1972. Tengo 16 años. Me han convencido para unirme a un grupo de espeleología... no es que me apasione -dado el pánico que me da la oscuridad- pero ¡con casco iluminado ¿por qué no?!... en casa ni pío ¿eh?
Ya he hecho algunas incursiones en cuevas de los alrededores y le voy cogiendo gusto al tema. Llevo mal el tener que entrar reptando, por la opresión que noto en el pecho, pero también me voy adaptando; además no en todas hay que hacerlo. Hoy volvemos a la de Nagüeles -la más cercana-, para seguir practicando y aprendiendo. Tiene tres posibles recorridos una vez que estás dentro, hoy lo haremos por la que tiene una leve inclinación, y nos obligará a recorrer bastantes metros de rodillas; pero casi 100 m después estamos en una colada que tiene más o menos 10 metros y podremos practicar bajadas y subidas con arnés.
- monitor: iremos atados por la cintura, que nadie se desvíe que nos arrastrará a los demás.
Nos arrastraron ¡vaya que sí!... y ahí nos vimos volando -en cordada- hasta caer en un gran charco compuesto por agua de filtración, orines y excrementos de murciélagos y sabe Dios qué otros bichos más. Nadie se rompió nada. Pero la estampida de 'vampiros' -que organizamos con nuestros gritos- fue terrorífica. Salimos lo más aprisa que pudimos, para no sufrir trastornos respiratorios por la 'caca' de murciélago, temblando y sucios.
No puedo precisar cuánto tiempo tuve mi pituitaria impregnada del asqueroso olor. Pero ese día murieron mis ansias de explorar las entrañas de la Tierra; se acrecentó mi pánico a la oscuridad y me quedó de fobia no soportar tener los pies separados del suelo o sin estar apoyados sobre 'cualquier cosa' que me sostenga.
Sí que he vuelto a entrar en cuevas, pero las que están abiertas al público y con recorrido turístico, como Aracena, Nerja, Altamira, Urdax, Zugarramurdi...