Tengo 28 años, eso quiere decir que estamos en 1984 y, ya sabes por otras entradas, mi cuerpo ya lleva unas cuantas operaciones de huesos y senos. Hoy he tenido que venir a Málaga -capital- y como aún no conduzco lo he hecho en autobús. Termino mis asuntos con esta tarde de invierno bien entrada y parece más medianoche. Me duelen hasta las pestaña y me voy a comprar el billete de regreso para llegar cuanto antes a casa... hay un pequeño tramo completamente solitario y una ventana iluminada rompe la negrura, aun así no se ve mucho... de pronto casi tropiezo con un chaval larguirucho y escuálido:
- él: (inclinándose hasta mi cara que soy muy bajita y con la mano en el bolsillo de la rebeca y estirada hacia mi) dameldineroquellevesencimasinoquieresqueteraje...
- yo: ¿qué dices?... ¿no puedes hablar más alto y más despacio para que te entienda?
- él: quemedestodoeldinero sinoquieresqueteraje (y esta vez me enseña la navaja que saca del bolsillo temblando).
- yo: ah, que me estás robando ¿no?... po's vale, yo te doy el dinero y tu me das la navaja. (El chaval alucina, claro)
- él: ¿qué quiere mi navaja y para qué... eh eh eh?
- yo: para robarte yo a ti y no quedarme tirada en Málaga sin dinero, sin conocer a nadie y con todo lo que me duele la reciente operada del pecho...
- él: (con la cara desencajada y ya sin temblar) bueenoooo, pos no ve que me v'acer llorar y tó... quédate con tu dinero y no se lo cuentes a nadie.
- yo: toma, que yo con 250 pesetas tengo más que suficiente para llegar a mi casa... ¡pero tira esa navaja hombre ¿no ves que si te ve la poli t'empapelan?.
Y le di el resto del dinero, claro. Quiero pensar que no volvió a robar a nadie más; que pudo desintoxicarse y vive feliz con una familia, como yo con la mía y libre de médicos.
Todavía -27 años después- me pregunto cómo pude ser tan temeraria, con el pánico que me da la oscuridad. ¿Tan desesperada estaba con mis problemas de salud que no calculé que podía perder la vida en un atraco?... ¡qué cosas!.
Este año Prince, antes de quedarse sin nombre y convertirse en 'el símbolo' y después en 'el artista' editó una mis canciones favoritas para todos los tiempos: "Purple rain". Aquí está la versión larga ¡disfrútala!
Estamos en 1971, tengo 15 años y me voy a Francia con tato (mi padre) a ver a tío Jesús (su hermano) que no puede viajar a España por republicano y porque padece del corazón -como te conté en el Punto anaranjado- pero resulta que ya tengo edad para viajar con mi propio pasaporte y, sintiéndome una persona adulta, nos vamos a Málaga a hacerlo. Pero hay un grave problema...
- policía: ¿trae las 4 fotografías?... ¿el permiso paternal firmado?... ¿el certificado de penales?... ¿la Sección femenina?...
- tato: yo soy el padre... ¿certificado de penales con 15 años?... ¿y de qué sección femenina habla?
- policía: si no tiene hecho el "Servicio Social", debe firmar una declaración jurada que recoge la obligación de cumplir con la ley, nada más regresar al territorio nacional. -Yo firmo sin comprender nada de nada.- Esperen ahí fuera mientras consulto lo del certificado de penales.
Mientras esperamos, se acerca a mi padre un hombre de porte militar -pero vestido de paisano- y se saludan con un abrazo y a mi me da dos besos... ya sé quién es... pero no debo decirlo en voz alta.
- amigo: ¿qué hacéis aquí... no era solo hacer un pasaporte?
- tato: sí, pero ha tenido que firmar una declaración jurada por 'nosequé' de la sección femenina y nos han pedido un certificado de penales ¡de mi niña!
- amigo: esperad aquí...
A los diez minutos vuelve con mi pasaporte debidamente cumplimentado y me dice -entre sonrisas- que tendré que hacer los cursos pertinentes y obligados del Servicio Social antes de que caduque el pasaporte, que será ¡dentro de diez años!
Como ya sabes, todas esas "obligaciones" desaparecieron cuatro años después, con la muerte del dictador, motivo por el cual no hice los "jurados" servicios sociales de la sección femenina. Quedé libre de tal juramento, sí, pero -consciente de haber cometido perjurio- jamás he vuelto a utilizar absolutamente para nada la palabra "juro".
Que quieres saber quién es el amigo de mi padre ¿no?... vale, el amigo de tato es policía secreta y cuando venía a casa nos gustaba jugar con él a polis y comunistas y le pedíamos que nos enseñara la insignia identificativa que llevaba en la solapa de la chaqueta... como en las películas policíacas. Bendita inocencia.