Tengo 9 años, estamos en 1965 y estudio en un colegio de monjas. Todas son encantadoras pero hay una que... deja que te cuente y saca tus propias conclusiones:
No la vi de llegar, pero sentí el impacto seco y duro sobre mi cabeza, a medio camino entre la coronilla y la frente. Un tibio reguero inundó mi nariz hasta llegar a mis labios con el sabor salado de una lágrima y dulzón de la sangre.
Estábamos haciendo la fila para entrar en clase, tras la 1/2 hora de recreo. La hija del guardia civil es una charlatana de mucho cuidado y siempre va delante mía. Hoy está especialmente habladora y como no le hago caso se pone a hacerlo con su compañera de la derecha. Yo pensando en mis cosas. Aborreciendo la hora de entrar en clase: no me gustan las matemáticas. Y ella pendiente de la monja, mientras habla.
No me di cuenta del silencio, interrumpido alegremente por el tilín tilín tilín tilín de la campana que venía volando desde la mano de la sor, en busca de la cabeza de la charlatana. No di importancia a que se agachara, hasta quedar en cuclillas, siempre hacía cosas raras...
No la vi llegar y mi compañera de atrás no pudo evitar -con el empujón que me dio- que la campana se estrellara contra mí y terminara en el suelo, abriéndose una brecha, al igual que mi cabeza...
No hubo necesidad de poner puntos de sutura, pero durante mucho tiempo, cada vez que veía la misma campana, me daba una leve punzadita en la cabeza. Y hoy por hoy, superada la etapa adolescente, puedo decir que me gusta el sonido de las campanas y las campanillas.
Este año de 1965 ganó el festival de Eurovisión, Francia, con la canción "Poupée de cire, poupée de son" que cantó France Gall
Puntos de
Mariluz GH
6 comentarios:
Hoy en día, la monjita campanera debería de dejar los hábitos y la campana.
Hay un refrán nepalí que dice: Si no quieres que un elefante te pise, no pienses cuando no debes hacerlo.
No es lo mismo una mala monja que una monja mala.
Un abrazo
¡Caramba con la hermana!
A partir de tu historia, veré con otros ojillos los campanarios! Ironía fantástica: la hija del guardia civil...!
¡Un gran abrazo, vestido de domingo!
Qué monja tan, tan, tan...campanuda...
Ya tenemos un "punto" en común Mariluz, yo naci el mismo año en que a ti te dieron "el gran campanazo".
Besos
A mí los hábitos no me van, estudié en un colegio de curas y guardo un ingrato recuerdo.
Blogsaludos
¿Y la Sor no se disculpó? Yo recuerdo que conmigo no se disculparon nunca.
Me alegro que no te hayan creado trauma las campanas, que también hubiera podido ser.
Me da mucha pena no poder seguir este blog a cada entrada, es maravilloso y me hace revivir muchos instantes de mi vida, además narrado de forma que me hace sentir la protagonista.
Para colmo los temas musicales... Este blog es una joya, me propongo sacar tiempo de donde sea... a ver si puedo.
Un abrazo
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Un punto de locura ¡sí! ... pero siempre desde el respeto